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sábado, 3 de noviembre de 2018

Una infancia difícil


te dije que hoy el niño regresaba regresaba temprano
Decía Adela 35 años mientras despejaba la cara del coño de su hermana (Isela de 33 años) 
no te preocupes sobrino es uno una nueva posición de yoga que tú dulce mami me está ayudando a practicar, sube a tu cuarto en cuento acabemos te daremos la cena. Dice Isela en un tono tranquilo pero agotada
Si niño sube a tu habitación, los adultos estamos haciendo cosas importantes. Dice su madre con una cara de satisfacción y un rostro algo extraño.
De inmediato regresa su boca al coló de su hermana y continúa chupando.




El hijo con una cara de asco se va corriendo a su habitación, el no era ingenuo, sabía perfectamente lo que su madre estaba haciendo con su tía, están teniendo sexo, esto lo confundía demasiado, mientras que en la iglesia su madre era muy reservada, parecia algo hipócrita haciendo esta cosa y es que no era la primera vez que este tipo de cosas sucedían, él sentía que su madre en ocasiones no era su madre, algunas veces era muy cariñosa, atenta con el, algo que agradecía muchísimo, pero desde que tenia memoria su madre de repente se comporta totalmente diferente, era casi como si no lo conociera, y bueno había días en lo que no podía salir de su habitación por qué solía caminar desnuda por toda la casa o cuando entre al baño y descubrí que se estaba tomando fotos, y peor aún cuando una de ellas me llegó por accidente al celular o eso fue lo que me dijo mi madre, o las noches cuando no para de gemir en su habitación y tengo que dormir escuchando como grita. Me acuerdo de aquella vez cuando llegue de la escuela y o encontré en la cocina, ella tenía la falda arriba y abajo de ella está en vecino de enfrente yo sabía lo que estaba haciendo pero su excusa fue la más estupida del mundo “mi amor el vecino me está ayudando a reparar el fregadero, sube a tu cuarto y en cuanto terminemos te aviso por favor” pero algo detesto es que desde hace meses dejo de usar brasier y me siento muy incómodo cuando me abraza y siento tus tetas en mi rostro, por poco lo olvido casi todos lo viernes se va de fiesta vestida como una prostituta y regresa al otro día como sin nada aveces me prepara el desayuno totalmente desnuda y me obliga a comer viendo todo su cuerpo desnudó, saben a mis 16 años mi infancia no fue fácil tengo que vivir con una madre tan inconsistente es difícil en ocasiones parece como si no tuviera madre pero bueno es algo que tengo que soportar toda mi vida fue de esta forma, por qué tendría que cambiar.
Lo que él Chico no sabe es que su madre durante años es como un hotel de body hoppers, alguno son tranquilos y discretos solo toman posesión de madre un par de horas, se divierten para luego marcharse sin dejar rastro alguno, el problema radica que muchos les importa muy poco si la cosas que hacen afectan a Adela, como ese hopper que jugó con la mente de Adela para que nunca más usara ropa interior y cada vez que abrazara a su hijo le restregara las tetas en la cara. Pobre niño no tiene la culpa de que consideren a su madre como un hotel de hoppers, hoy tuvo suerte los dos hoppers que están dentro de su madre y de su tía, son visitantes regulares de adelanta y  en realidad los objetivos eran él y su madre 

, para hacer todo tipo de perversidades madre/hijo, pero al entrar en la casa descubrieron a la preciosa Isela y bueno no podían dejar pasar esa oportunidad de estar en ese delicioso cuerpo.

2 comentarios:

  1. Vaya esta historia si que me gusto demasiado me encantaría que les dieras al menos una segunda parte, jaja vas a decir que como molesto pero quiero contactarme contigo.

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    1. no como crees, no es ninguna molestia, al contrario. deberías leer la nueva entrada, pude interesarte.

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